Ya no es posible perderte,
porque nunca fuiste mía
y después de tanto quererte,
estoy entrando en la agonía.
Esta muerte involuntaria
que a nadie se la deseo
llega cuando ya no poseo
ni la más mínima alegría.
Tal vez me hice ilusiones
donde nunca hubo nada
aunque en el fondo de mi alma
manase el amor a borbotones.
Te he amado sin el menor inconveniente
pero eso para ti todavía no era suficiente
y aunque pensaba que, amar sin ser amado
es igual que echar leña, a un fuego apagado,
aún con todo eso, aún así, seguiré amando.
Un saludo de vuestro amigo, Andrés.