Sagrada Danza III: Dolor
Publicado: Dom Dic 20, 2009 00:22
Negra está la noche,
no se ve una estrella en el cielo.
La luna le olvidó.
Día gris, negras nubes galopan
en cielo tormentoso.
El sol le olvido.
No hay sonrisas
ni perfumes en el aire.
El amor le olvidó.
La quebrada,
envuelta en costera bruma
trae presagios de nuevos naufragios.
La pasión le olvidó
Tu mente ida, ida en la debacle
de traidoras artimañas
que nos juega la vida.
Tú le olvidaste.
Sola hoy, ante un mundo en ruinas
rodeada del mar que trae de vuelta,
en su alta marejada,
restos de viejos naufragios
dejando en la playa sólo sus recuerdos.
Siente que Dios le olvidó.
Hacia dónde tornar,
hacia donde llorar.
Cómo gemir o gritar,
sin nadie para escuchar.
¡OH Dios de los cristianos!
¡OH Allah de los musulmanes!
¡OH Hekat Diosa de la encrucijada!
¡OH Guadalupana!
Como el dervish danzará
para encontrarles en sus sueños
para rogar, orar, suplicar.
Como el dervish danzará
hasta encontrar a su deidad
la deidad que le escuche
Girará, girará, girará
¡OH Dios, que sola está!
El era su reflejo en el viento,
era la lluvia que trae el verdor
de nuevos pastos, de flores mil.
Ahora, OH Dios, tu mente le olvidó
Más su corazón, obcecado, no olvida.
No olvida la pasión en Paris.
No olvida el amor en Venecia.
No olvida la aventura en Estambul.
No olvida todo lo que tu ser fue, ha sido y es.
Frenética en su dolor, su mente recorre lugares:
Stirling, Londres, la magia de México,
una y otra vez.
En febril andar por caminos
que ahora desaparecen;
en la sombra del olvido,
en la negritud de la noche.
Sin estrellas, sin luna,
en un día sin sol, sin calor,
sin amor.
Ella gira, gira, gira
trémula, ansiosa,
en desesperación.
¡Dios le olvidó!
OH Dios, que no comprendes
que era tu conciencia
reflejando la suya,
como en el espejo de la luna,
lo que el amor hacía.
¡OH Dios, no sabes acaso que sin él,
su conciencia, muere de dolor!
¡OH Dios, con que crueldad cobraste
el karma de la vida!
Gira, gira, bajo las estrellas que no ve
hundida en el marasmo de la vida.
Gira, gira bajo una luna nueva,
antes de su renacer.
Gira, gira en la cima de esta quebrada
que día a día le habla de amores lejanos
de amores perdidos.
Màs allá de los mares,
más allá de la profundidad del dolor.
! OH Dios, que sola está!
Mejor está la noche sin estrellas,
sin luna,
mientras gira, gira;
en la danza infinita y sagrada de la vida:
para que nadie vea su dolor.
Gira, gira, esperando la nueva luna
esperando a Venus aparecer en el horizonte
esperando saber que está más allá del olvido
más nunca, más allá del amor.
Gira, gira en las tempranas horas de la alborada
con el sol naciente en un cielo azul
con la loica de rojo pecho, la diuca y el zorzal.
Los claros oscuros de la quebrada
en una tarde perfumada por los efluvios marinos:
Tù regando el pasto; ella se pregunta:
que piensas en tu olvido,
durante tus chispazos de lucidez y conciencia
Se dice: es la oportunidad de reafirmar el amor,;
lo que minutos después, tù olvidarás
¿Que pasa con tu alma? Dile ¡OH, Dios!
Gira, gira en la alborada del nuevo día
Gira, gira bajo el sol ardiente que le abraza
Gira, gira en frenética danza en noches sin luna
Gira, gira, voluptuosamente, en noches de luna llena.
Lágrimas ya no quedan ¡OH Dios, que solas estás!
no se ve una estrella en el cielo.
La luna le olvidó.
Día gris, negras nubes galopan
en cielo tormentoso.
El sol le olvido.
No hay sonrisas
ni perfumes en el aire.
El amor le olvidó.
La quebrada,
envuelta en costera bruma
trae presagios de nuevos naufragios.
La pasión le olvidó
Tu mente ida, ida en la debacle
de traidoras artimañas
que nos juega la vida.
Tú le olvidaste.
Sola hoy, ante un mundo en ruinas
rodeada del mar que trae de vuelta,
en su alta marejada,
restos de viejos naufragios
dejando en la playa sólo sus recuerdos.
Siente que Dios le olvidó.
Hacia dónde tornar,
hacia donde llorar.
Cómo gemir o gritar,
sin nadie para escuchar.
¡OH Dios de los cristianos!
¡OH Allah de los musulmanes!
¡OH Hekat Diosa de la encrucijada!
¡OH Guadalupana!
Como el dervish danzará
para encontrarles en sus sueños
para rogar, orar, suplicar.
Como el dervish danzará
hasta encontrar a su deidad
la deidad que le escuche
Girará, girará, girará
¡OH Dios, que sola está!
El era su reflejo en el viento,
era la lluvia que trae el verdor
de nuevos pastos, de flores mil.
Ahora, OH Dios, tu mente le olvidó
Más su corazón, obcecado, no olvida.
No olvida la pasión en Paris.
No olvida el amor en Venecia.
No olvida la aventura en Estambul.
No olvida todo lo que tu ser fue, ha sido y es.
Frenética en su dolor, su mente recorre lugares:
Stirling, Londres, la magia de México,
una y otra vez.
En febril andar por caminos
que ahora desaparecen;
en la sombra del olvido,
en la negritud de la noche.
Sin estrellas, sin luna,
en un día sin sol, sin calor,
sin amor.
Ella gira, gira, gira
trémula, ansiosa,
en desesperación.
¡Dios le olvidó!
OH Dios, que no comprendes
que era tu conciencia
reflejando la suya,
como en el espejo de la luna,
lo que el amor hacía.
¡OH Dios, no sabes acaso que sin él,
su conciencia, muere de dolor!
¡OH Dios, con que crueldad cobraste
el karma de la vida!
Gira, gira, bajo las estrellas que no ve
hundida en el marasmo de la vida.
Gira, gira bajo una luna nueva,
antes de su renacer.
Gira, gira en la cima de esta quebrada
que día a día le habla de amores lejanos
de amores perdidos.
Màs allá de los mares,
más allá de la profundidad del dolor.
! OH Dios, que sola está!
Mejor está la noche sin estrellas,
sin luna,
mientras gira, gira;
en la danza infinita y sagrada de la vida:
para que nadie vea su dolor.
Gira, gira, esperando la nueva luna
esperando a Venus aparecer en el horizonte
esperando saber que está más allá del olvido
más nunca, más allá del amor.
Gira, gira en las tempranas horas de la alborada
con el sol naciente en un cielo azul
con la loica de rojo pecho, la diuca y el zorzal.
Los claros oscuros de la quebrada
en una tarde perfumada por los efluvios marinos:
Tù regando el pasto; ella se pregunta:
que piensas en tu olvido,
durante tus chispazos de lucidez y conciencia
Se dice: es la oportunidad de reafirmar el amor,;
lo que minutos después, tù olvidarás
¿Que pasa con tu alma? Dile ¡OH, Dios!
Gira, gira en la alborada del nuevo día
Gira, gira bajo el sol ardiente que le abraza
Gira, gira en frenética danza en noches sin luna
Gira, gira, voluptuosamente, en noches de luna llena.
Lágrimas ya no quedan ¡OH Dios, que solas estás!