
Dicen que sudan tus noches,
que en carne viva batallan,
que el lado oscuro te tienta
pese a haber luz en tu casa
Hace días que no tomas
tus tostadas con manteca
ni que muestras tus jilgueros
en la plaza Las Teresas
Que ya no das tus paseos
con tu pitillo a escondidas
ni que palpas la albahaca
para exhalar su alegría
El brasero de la sala
ha perdido su candela
y prefieres no tocarlo
aunque entumezcan tus piernas
El retrato de Matilde
se ha convertido en tu espejo,
donde consumes las horas
sin que acicales tu pelo
Se apagan las ilusiones
con el saludo del alba,
si tu eres poco sin ella,
ella sin ti ya no es nada