EL DESTINO
Quiso el destino que un día
allí mismo la encontrara,
a la más hermosa niña
que en el lugar habitara.
De camino hacia la fuente
cuando iba a por el agua,
que lavaría su frente
sus vestidos y su enagua.
Sus ojos eran tan bellos
como nadie nunca vio,
algo tan bello y hermoso
sólo lo pudo crear Dios.
Era tan dulce y amable
que al momento me causó,
la sensación más agradable
que jamás tuviese mi corazón.
Oía su bonita voz y creía
que era un ángel quien hablaba,
por eso en aquella mañana
comprobé algo que ya intuía.
Que en el cielo hay muchos ángeles
y en la tierra hay una niña,
que me hace perder los papeles
porque la amo más que a mi vida.
Un saludo de vuestro amigo, Andrés.
Quiso el destino que un día
allí mismo la encontrara,
a la más hermosa niña
que en el lugar habitara.
De camino hacia la fuente
cuando iba a por el agua,
que lavaría su frente
sus vestidos y su enagua.
Sus ojos eran tan bellos
como nadie nunca vio,
algo tan bello y hermoso
sólo lo pudo crear Dios.
Era tan dulce y amable
que al momento me causó,
la sensación más agradable
que jamás tuviese mi corazón.
Oía su bonita voz y creía
que era un ángel quien hablaba,
por eso en aquella mañana
comprobé algo que ya intuía.
Que en el cielo hay muchos ángeles
y en la tierra hay una niña,
que me hace perder los papeles
porque la amo más que a mi vida.
Un saludo de vuestro amigo, Andrés.