Amigos de madrugada
Publicado: Mar Ene 19, 2010 10:48
Un degradé pasado de moda que ya no usa ni mi abuela...
Así fueron nuestros besos,
Y ni bien nos dimos cuenta de lo dicho erizándonos el pescuezo,
saltó de primera instancia el portazo de amigos,
de esos que no se verán nunca más.
Por mi parte no digo que fue una solución,
pero si, que me atrajo la idea de sentir aquello que algún día nos unió.
Mas no sea una vez a diario.
Ya que en mi burlesco diccionario,
de mentiras las mañanas empañaban las ventanas tu vacío en la habitación.
Brotan de mis ojos las lagañas que cuestan sacar con el agua fría del grifo en el baño,
ni el hombre joven que soy se veía en el espejo,
ya que después de que el sueño inhóspito me encerrara en su engaño,
confabulado con el amigo insomnio con sus cuentos de recuerdos y cigarrillos amagaban,
con un golpe bajo, justo en la desolación y su enmarañada colección de altibajos.
Pero el fin y al cabo decidí partir hacia la vida de todos los días,
comprendiendo que ni el ayer es el mismo.
Que al cerrar la puerta el sicario viento se apropincuó de lo ultimo que me dejaba la noche...
Que el cansancio se fue a dormir a ya no se dónde,
y que la vecina sorprendida me veía trastabillar entre el sueño y el cabezazo matinal contra el coche.
Y ni bien llegada las ocho,
dando por aludido que mi aspecto no era el mejor acudí sin mejor idea,
al dueño de mi purgatorio diario,
blandiendo la lástima como un animal atrapado por la trampa,
dejé que el cazador efectúe su sermón y su inevitable broma sarcástica sobre el horario de llegada,
solo palabras que no servían de nada,
pensando que tal vez todo sería mejor sin tanta labia.
Y es así como creí que algún día esta vida terminaría,
para bien o para mal, sacando al sol aquellos viejos trapos.
Algún día la solución a todo pasaría factura y diría "he aquí",
mírate, estás como un estropajo,
aún la vida te espera, deja esa vagina, que no hace más que taparte el sol de noche,
y abrumar de dudas tu hombría.
Y tal como lo suponía,
así siguieron los días sin ella.
Garabateando los puntos y aparte, las comas y las comillas que decían...
"Si vas a ser estúpido, más vale que seas fuerte",
dale un sí rotundo al desayuno y olvídate del reloj.
Hace días que me siento olvidado,
por lo menos mi amigo insomnio se fue de quejas a otro lado,
de vez en cuando le escuchaba tan solo en el baño,
vomitando su sermón de alcohol rancio que hace tiempo le hablo de costado,
y mira si no es gracioso le decía desde un rincón...
Tu ahora te quejas de delirios,
mientras yo sigo ordenando los recuerdos en el cajón.
Ella nunca volvió,
por mi está perfecto,
que ya me cansé de perseguirle de noche acompañado de alguno que otro refresco,
que a madrugada buscaba en el refrigerador,
soltando de vez en cuando una tristeza cuando miraba el solitario ron entre la repisa y el comedor.
Así fueron nuestros besos,
Y ni bien nos dimos cuenta de lo dicho erizándonos el pescuezo,
saltó de primera instancia el portazo de amigos,
de esos que no se verán nunca más.
Por mi parte no digo que fue una solución,
pero si, que me atrajo la idea de sentir aquello que algún día nos unió.
Mas no sea una vez a diario.
Ya que en mi burlesco diccionario,
de mentiras las mañanas empañaban las ventanas tu vacío en la habitación.
Brotan de mis ojos las lagañas que cuestan sacar con el agua fría del grifo en el baño,
ni el hombre joven que soy se veía en el espejo,
ya que después de que el sueño inhóspito me encerrara en su engaño,
confabulado con el amigo insomnio con sus cuentos de recuerdos y cigarrillos amagaban,
con un golpe bajo, justo en la desolación y su enmarañada colección de altibajos.
Pero el fin y al cabo decidí partir hacia la vida de todos los días,
comprendiendo que ni el ayer es el mismo.
Que al cerrar la puerta el sicario viento se apropincuó de lo ultimo que me dejaba la noche...
Que el cansancio se fue a dormir a ya no se dónde,
y que la vecina sorprendida me veía trastabillar entre el sueño y el cabezazo matinal contra el coche.
Y ni bien llegada las ocho,
dando por aludido que mi aspecto no era el mejor acudí sin mejor idea,
al dueño de mi purgatorio diario,
blandiendo la lástima como un animal atrapado por la trampa,
dejé que el cazador efectúe su sermón y su inevitable broma sarcástica sobre el horario de llegada,
solo palabras que no servían de nada,
pensando que tal vez todo sería mejor sin tanta labia.
Y es así como creí que algún día esta vida terminaría,
para bien o para mal, sacando al sol aquellos viejos trapos.
Algún día la solución a todo pasaría factura y diría "he aquí",
mírate, estás como un estropajo,
aún la vida te espera, deja esa vagina, que no hace más que taparte el sol de noche,
y abrumar de dudas tu hombría.
Y tal como lo suponía,
así siguieron los días sin ella.
Garabateando los puntos y aparte, las comas y las comillas que decían...
"Si vas a ser estúpido, más vale que seas fuerte",
dale un sí rotundo al desayuno y olvídate del reloj.
Hace días que me siento olvidado,
por lo menos mi amigo insomnio se fue de quejas a otro lado,
de vez en cuando le escuchaba tan solo en el baño,
vomitando su sermón de alcohol rancio que hace tiempo le hablo de costado,
y mira si no es gracioso le decía desde un rincón...
Tu ahora te quejas de delirios,
mientras yo sigo ordenando los recuerdos en el cajón.
Ella nunca volvió,
por mi está perfecto,
que ya me cansé de perseguirle de noche acompañado de alguno que otro refresco,
que a madrugada buscaba en el refrigerador,
soltando de vez en cuando una tristeza cuando miraba el solitario ron entre la repisa y el comedor.