TE BUSQUE Y ENCONTRÉ
(poema donde se abrazan versos de amistad
de dos almas que comparten el gusto por la poesía)
Me gusta buscarte
con el sol de la mañana,
en cada una de las rosas,
por la noche te busco en cada estrella
cotidianamente te busco entre mis cosas.
Me gusta encontrarte en la alborada
al abrirse el capullo de esperanza
y dormirme cada noche en tu mirada
aferrada a tus sueños con confianza.
Te encuentro
como verdad desnuda
en mi corazón abierto,
donde escribo versos
que convierten en vergel
ese páramo desierto.
Es tu amor como oasis al desierto
porque sé, que si busco yo te encuentro
como agua devolviéndome el aliento
la que sacia tanta sed que llevo dentro.
Todas las cosas me llevan a ti,
te busco en los rincones de mi alma
y allí te encuentro,
en las páginas de un libro,
en los ojos de los niños,
en el canto de los grillos,
te encuentro en mi almohada
abrazándote a mis sueños.
Es la almohada confidente de mis noches,
de mis ansias, de suspiros con derroche,
salpicados entre el pecho como el broche
que le canta a mis latidos sin reproche.
Es un acercamiento
de tu alma con la mía.
También tu corazón me busca
y me gusta tu manera de buscarme;
en el amanecer del día,
en lo oscuro de la noche,
con tus gritos y esperanzas,
con razón o sin razones.
Milagrosa es la fusión de nuestras almas
que se buscan encontrándose en su vuelo,
luz que calma la pasión de su desvelo
en la oscura soledad de cruel destierro.
Oye esto,
es muy fácil encontrarme;
en tu corazón estoy prendido,
en esa luz de tu mirada,
búscame en la palma de tu mano,
en tu vientre,
en tu sangre,
estoy metido en ti,
abre cualquier parte de tu cuerpo,
o de tu alma,
y yo saldré a buscarte.
Voy en busca como ave solitaria
a posarme en la palma que reclama
por un beso palpitando en las entrañas
de este amor que nació entre dos almas.
Mujer de Espuma y Leonardo Sáenz