Me marcho un poco triste
por lo que pudo ser y no fue.
No fue porque tú no quisiste,
ni al principio, ni después.
No olvidaré aquellos momentos
espacios tan cortos de tiempo
que como una brisa de viento
transformaron mis sentimientos.
Recordaré con frecuencia
la puerta que al abrirse
delataba tu presencia
alegrando mi existencia.
Cuando traspases el umbral de aquella puerta
quizás alguna vez sin querer mires a mi mesa.
Pudiera ser que un recuerdo venga a tu cabeza
y pienses si se habrá olvidado de mí la tristeza.
Y cuando pase algún tiempo
ya no estaré en tu recuerdo
pero aunque te cueste creerlo,
ahí tuve un pedazo de cielo.
Y mientras el tiempo pasa
tú me seguirás olvidando,
no me volverás a decir nada
y yo aún te seguiré amando.
Y escucha lo que te digo:
tal vez olvides mi nombre
y también mis apellidos
pero no creo que olvides
lo mucho que te he querido.
Un saludo de vuestro amigo, Andrés.