como el ave fénix de sus cenizas
y no he partído
ni tengo prisas.
Recorro los vientos
que llevan y traen caricias
y el tibio sol
que no asfixia.
Y desde hoy te miro
con otros ojos,
sin tanto estruendo
y sin sonrojos.
He renacido
Y sin moverme
me he movido.
Minay