En la pared mas limpia
que en aquel lugar había,
al lado de una escalera
sujeta a la dura piedra,
hay una imagen clavada
en una cruz de madera.
Sobre un madero de encina
pusieron su cuerpo encima,
clavaron a Jesús Nazareno
y en su cabeza pusieron,
una corona de espinas.
Y desde arriba nos mira
con su pecho lanceado,
es Jesús el Nazareno
al que tanto laceramos.
Nos mira desde lo alto
en un lamentable estado,
su cruel y lenta agonía,
parece que no termina.
Sale sangre de su frente
y también de su costado,
dando su sangre en pago,
redimió a mucha gente.
Él, que bajó de los cielos
para salvarnos a todos,
dio su vida por nosotros
librándonos del averno.
Y desde arriba en la cruz
nos mira y protege Jesús,
el hijo de Dios Creador,
Jesucristo, el Redentor.
Un saludo de vuestro amigo, Andrés.