REENCUENTRO
Publicado: Mié Jul 07, 2010 12:59
Vengo a visitarte, ciudad querida.
Veo tus calles no son las de antes.
¿Por qué estás dormida, Avellaneda?
¿Dónde está el esplendor del pasado?
Lugar que DIOS me eligió para nacer,
crecí en el barrio de entre vías...
Hoy vuelvo y me lleno de recuerdos.
Camino por los deslucidos adoquines,
entre las barracas donde tiempo atrás
abundaban el trabajo y hombres fuertes.
Ahora, cerradas, lloran su letal agonía.
Tras sus puertas guardan miles de anécdotas,
con malezas y suciedad en las paredes,
las chapas agujereadas y oxidadas...
Ahí se encontraba la sastrería del tío,
y más allá la fábrica de cepillos
donde me gané los primeros centavos.
Baldosas derruidas que me vieron jugar
a la mancha o con la pelota de trapo.
¡Qué ganas de volver a ser aquel niño
para "camorrear" por las calles con el primo,
ir con los amigos al baile del club,
tomar una copa en el bar de la esquina!
Barrio de casas bajas y tranquilidad,
más allá el Doké y sus historias violentas.
Cruzaré como si fuera aquel pibe
por el puente del tren, sobre el Riachuelo
para ver al abuelo, al tío y al viejo,
los guincheros de la Barraca Peña...
Pero ellos ya se fueron como muchos más...
Sólo quedan la villa, el tren de carga,
la basura en la esquina, el aire maloliente,
el teatro Roma, el viejo puente Barracas,
la avenida Pavón y la estación más arriba.
¡Hasta la catedral ya no es la misma!
No puedo dejar de pensar en lo perdido,
por eso me lloro y te lloro amiga herida.
Si se pudiera volver a ser lo de antes,
sentirnos como si fuésemos el uno para el otro
mi amada Avellaneda de adoquín y mugre.
Veo tus calles no son las de antes.
¿Por qué estás dormida, Avellaneda?
¿Dónde está el esplendor del pasado?
Lugar que DIOS me eligió para nacer,
crecí en el barrio de entre vías...
Hoy vuelvo y me lleno de recuerdos.
Camino por los deslucidos adoquines,
entre las barracas donde tiempo atrás
abundaban el trabajo y hombres fuertes.
Ahora, cerradas, lloran su letal agonía.
Tras sus puertas guardan miles de anécdotas,
con malezas y suciedad en las paredes,
las chapas agujereadas y oxidadas...
Ahí se encontraba la sastrería del tío,
y más allá la fábrica de cepillos
donde me gané los primeros centavos.
Baldosas derruidas que me vieron jugar
a la mancha o con la pelota de trapo.
¡Qué ganas de volver a ser aquel niño
para "camorrear" por las calles con el primo,
ir con los amigos al baile del club,
tomar una copa en el bar de la esquina!
Barrio de casas bajas y tranquilidad,
más allá el Doké y sus historias violentas.
Cruzaré como si fuera aquel pibe
por el puente del tren, sobre el Riachuelo
para ver al abuelo, al tío y al viejo,
los guincheros de la Barraca Peña...
Pero ellos ya se fueron como muchos más...
Sólo quedan la villa, el tren de carga,
la basura en la esquina, el aire maloliente,
el teatro Roma, el viejo puente Barracas,
la avenida Pavón y la estación más arriba.
¡Hasta la catedral ya no es la misma!
No puedo dejar de pensar en lo perdido,
por eso me lloro y te lloro amiga herida.
Si se pudiera volver a ser lo de antes,
sentirnos como si fuésemos el uno para el otro
mi amada Avellaneda de adoquín y mugre.