ME GUSTAS CUANDO CALLAS

[tavattat]

TITULO POÉMA ME GUSTAS CUANDO CALLAS TEXTO POÉMA Cuando callas tu boca y mi voz no te alcanza, Tu silencio tiene eco, retumba en mis adentros Me atrapa desde lejos cimbrando mis sentidos, Haciéndome callar con el secreto tuyo. El eginma de tus ojos lo descifro con mi alma, Viendo tan lejanas mis palabras, Que tan solo las oyes y asientes en tu sonrisa tirana, Me gustas por que no dices nada y todo lo hablas. ¡Ah silencioso! Y al mismo tiempo me prendes a tu cautela, Que me fascina toda mientras mas te defino, Dejándome hablar con la profundidad e tu silencio. ¡Si me gustas! Por que sosiego me llena hasta el suspiro, Acercándome a ti para consumirme en tu beso, Mojando mí aliento en tu silencio. Y es entonces cuando ni una palabra y tus sonrisas bastan, me siento alegre por que tu eco me llena toda, Me salpica de amor y de ilusiones bellas, Mojando mí ser con tus palabras en tu sigilo. Déjame que te hable vida mía en la distancia de tu voz, Para que seamos uno en la noche y en las estrellas, Bosquejando tú silencio y tú sueño, Haciendo que las cosas estén llenas de tu alma. Me gustas hasta cuando estas ausente y pensativo Por que no dices nada pero expresas demasiado Y me dices todo con solo mirarme y percibirme Por todo eso me gustas al estar silente Por que eres único y no te pareces a nadie Por eso me gustas cuando callas. AUTOR POÉMA SEDUCTORA DERECHOS DE AUTOR

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[Esmeralda]

POEMA 15

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.


Pablo Neruda, 1924