I
Son mis versos cual vuelo
de golondrina,
pasando y repasando
por cada esquina.
Buscan su sitio;
igual que el avecilla
busca su nido.
Versos amigos,
escritos con el alma,
al corazón en calma
fuerte ceñios.
II
Bajo mi alero anidan
dos golondrinas,
que vuelan y revuelan
ante mi vista.
Y no me extrañan:
saben las golondrinas
quién las engaña...
III
Han vuelto a mi ventana
tres golondrinas,
se posan en las cuerdas
del tendedero.
Mi amor habla con ellas
y les invita,
a café en la cocina:
Pasad adentro...
Y le cuentan historias
de su periplo,
desde las tierras frías
hasta sus nidos...
IV
Doblando y redoblando
por las esquinas,
va su nido buscando
mi golondrina.
Y yo le digo:
Golondrina del alma
mira tu nido,
lo he conservado en calma
cuando te has ido.
¡Que yo no he sido,
golondrina del alma,
quien te ha vendido!
V
Golondrina que al alba
dejas tu nido,
pregúntale a mi amada
por qué se ha ido.
Dile que yo la quiero,
que la he querido;
Golondrina que al alba
dejas tu nido...