llevar hasta mi pecho la dulzura
de arrullarte en mis brazos, criatura,
y en un hombre feliz me convirtieras...
Te entregaría el alma y los sentidos,
y a cubierto en tu amor reconquistado,
sobre tu seno mi rostro, recostado,
la Gloria alcanzaríamos fundidos.
Si tú quisieras,
amor.
¡Si tú quisieras...!