me apropié de tu cuerpo extraviado como hechizo,
elixir de la vida embebido entre mis manos,
noche cómplice de arrebato y sueños anudados.
Anoche... te cubrí con mis sábanas de seda,
desarmé deseos, aliento y desgrané los sentidos,
en refugio de rapsodias te retuve en mi boca,
con el mágico estado de locura de alguna prosa.
Anoche... te abrazé en laberintos de reclamos,
estallidos de pasión destilando cálidos ayeres,
sin fijar distancias, sin aluvión de soledades,
con la esencia de los vientos indecisos y rebeldes.
Anoche... quise destruir fronteras y horizontes,
renovar el follaje del afrodisíaco encuentro,
sin que nada signifique aplazar el tiempo y lamentos,
y a fuego lento ser etérea y cobijarme en tu tierra.
BRISEIS (ANNIE)