¿Quién lee a quién?
Publicado: Sab Abr 05, 2008 19:13
¿Quién lee a quien?
Me pregunto hinchado de sangre
frotando mis sienes, entre mis
cabellos infernales.
¿Serán tus cortinas amplias de mariposa perfumada?
¿Será la sala dibujada con tus arabescos bailes?
¿O la lágrima de un cristo atormentado por la lanza
deicida de una sombra?
¿Quién lee a quien?
Coges algunos versos míos y te alegran.
La noche duerme, y cobija frente a tus ojos luminosos,
mis afanes.
¡Poema yo te escribo! ¡Poema yo te sufro!... y tu, como hercúleo marinero,
recorres las palabras envolviendo mi espíritu tormentoso.
Mi alma desbarrancada sobre el infinito.
Mis padrenuestros mojados con la lluvia.
¿Quién lee a quien? ¿Acaso tus ojos de diamante o es el
poema quien te atisba, tímido y delirante?
Es el poema vivo que descansa en la hoja muerta.
En la tinta eterna de los poetas preservados por la locura.
Y tú, vives en tus venas infinitas.
¡El poema te lee, el poema te admira!
Y yo, a la distancia, te observo y me aferro a un beso lejano, sagrado.
Soy una anécdota, la luz de una partícula moribunda.
El poema es el hombre que te enamora y te siente.
Y cuando las mariposas de mayo se posen
en el baile inocente de las flores,
mi poema y tu se agarran de las manos,
natural, como dos niños…
Me pregunto hinchado de sangre
frotando mis sienes, entre mis
cabellos infernales.
¿Serán tus cortinas amplias de mariposa perfumada?
¿Será la sala dibujada con tus arabescos bailes?
¿O la lágrima de un cristo atormentado por la lanza
deicida de una sombra?
¿Quién lee a quien?
Coges algunos versos míos y te alegran.
La noche duerme, y cobija frente a tus ojos luminosos,
mis afanes.
¡Poema yo te escribo! ¡Poema yo te sufro!... y tu, como hercúleo marinero,
recorres las palabras envolviendo mi espíritu tormentoso.
Mi alma desbarrancada sobre el infinito.
Mis padrenuestros mojados con la lluvia.
¿Quién lee a quien? ¿Acaso tus ojos de diamante o es el
poema quien te atisba, tímido y delirante?
Es el poema vivo que descansa en la hoja muerta.
En la tinta eterna de los poetas preservados por la locura.
Y tú, vives en tus venas infinitas.
¡El poema te lee, el poema te admira!
Y yo, a la distancia, te observo y me aferro a un beso lejano, sagrado.
Soy una anécdota, la luz de una partícula moribunda.
El poema es el hombre que te enamora y te siente.
Y cuando las mariposas de mayo se posen
en el baile inocente de las flores,
mi poema y tu se agarran de las manos,
natural, como dos niños…