BEBIENDO DE TU SER
¿Qué haces bella dama que no descansas
en tu lecho, me esperas acaso a mí?
A que llegue a tu morada acariciando
con mis manos tu cuerpo apasionado,
Tomando tus caderas acercándote a mi pecho,
viajando por el tiempo surcando el firmamento,
rompiendo las barreras en nuestros corazones,
¡casi eres mi mujer y no sé ni tu nombre!…
Y si esto es un sueño, que nadie me despierte
que quiero seguir disfrutando de tu cuerpo,
acariciando tu figura, bebiendo de tu ser,
haciéndote el amor hasta el amanecer…
.