Uploaded with ImageShack.us
loca
Cuánto dolor ha quedado preso dentro mi pecho
Asfixiando mi garganta que ya no puede gritar,
Secando todas mis lágrimas, impidiéndome llorar,
Provocando sentimientos, que no logro controlar.
Fluyendo como un veneno que va corriendo en mis venas,
Un veneno que no puedo terminar de eliminar,
Un veneno que me hiere y no me quiere matar;
¡Un veneno que corroe mis más tiernos sentimientos
Y destruye lo más dulce… el amor que por ti siento!
Un veneno tan mortal, que se apodera de mí,
Un veneno tan sutil, que no me deja morir.
¡Y quiero gritar!, más tomo mi rabia y la vuelvo a aplacar
¡Y quiero llorar! y el llanto callado se vuelve rencor.
Y me muestro mala y me torno dura
Y toda ternura se vuelve locura
Y toda dulzura se torna amargura;
Y busco en el fondo a ver si aún encuentro
En algún resquicio… un poco de mí.
Te amo… y no puedo mirarte a los ojos, sin sentir temor
A que tú descubras al mirar mi rostro, todo este rencor.
¡Y me siento débil, me siento culpable!
Por no perdonarte… por no olvidarla
¡Y quiero gritarte, tratar de entenderlo!
¡¿Por qué, por qué aquel día tú me traicionaste?!
Más todo es inútil, mi voz no responde
¡Y quiero besarte, quiero acariciarte
Quiero expresarte con palabras tiernas!…
Mi infinito amor
Y viene el recuerdo, ¡maldito recuerdo!...
¡Tus falsas palabras, los besos robados!
¡El tiempo perdido!, mi amor ignorado
¡Tu cuerpo y su cuerpo!, mi vida en tus manos,
Mi amor, mi alegría pendiendo de un hilo,
Rodando en las manos de un amor prohibido.
Y tú… ¡ja! Indiferente, sonriendo tranquilo
¡Mirando mi rostro, sufrido y marchito
Mirando mis ojos, secos y vacíos!
Mirando mi cuerpo desnudo ante ti;
Y yo, simplemente me trago en silencio tanta humillación,
Me abrazo a mí misma, me seco las lágrimas,
Me acaricio el rostro, me entrego al dolor.
El dolor de ser la que más te ama, la que más te espera,
La que te suplica algo de atención.
El dolor de ser ¡la que está olvidada,
La que no es deseada, la que no despierta ninguna ilusión!
El dolor de ser la que ya no besas, la que ya no amas,
La que no despierta deseo y pasión.
El dolor de ser ¡la que se da cuenta, a la que lastimas,
A la que le mientes!, a la que traicionas…
Y luego, insolente, le dices que es loca, que no te comprende,
¡¿Comprenderte qué?! ¡¿Aceptarte qué?!
¡Seguro estoy loca!
Cecilia Rico de viamont