HOMBRE DEL NORTE...
✽
Hombre del norte,
lo tienes casi todo,
nadas en la opulencia de tus cíclicas crisis,
y en el derroche inmenso de tu opima abundancia
porque siempre supiste hacer rentables
tus bonos negociables de guerras coloniales.
Ya sabemos que el mundo se te quedó pequeño,
que apenas cabe en él
tu inmenso poderío, tus divisas
que has invertido en buques, aviones,
en tanques y en misiles,
para que todo el mundo sepa siempre quién manda,
y que nadie se atreva nunca a alzarte la voz,
cuando invades el globo por tierra, mar y aire
con la razón de tu fuerza, o viceversa.
Predicas y proclamas un mundo sin fronteras
y mientras, preventivo,
vas electrificando tus nuevas alambradas.
✽
Hombre del norte,
que has sabido sorber embotellado,
meticulosamente, el jugo del planeta,
sus plantas, sus recursos, sus paisajes, su sangre,
acorralando tribus y culturas,
y has dejado a tu paso un rastro de derrumbe
para unas semividas de zombis sin futuro,
en ofrenda a la madre de toda libertad,
la libertad suprema de tu libre mercado.
✽
Hombre del norte, deberías
creer en tu gran obra... y sonreír ufano,
mientras llegan los aplausos comprados
de ese mundo, tan pobre e ignorante
que, con tantos esfuerzos
y divisas, te empeñas en salvar.
Fijo mi ojo en tu rostro y me deslumbra
tu pedigrí de raza, pura sangre,
ser evolucionado, encorbatado y culto,
superhombre con copy right,
multilateral, polivalente,
sonrisa patentada en tu avatar,
a salvo todavía de las negras hambrunas
y de urgencias que impone la miseria,
hombre del primer mundo, el único posible,
porque no hay otro mundo...
aunque a veces el Sur es un fantasma,
polizón harapiento, en tus orgías,
en breves y molestas referencias
de algún telediario.
✽
Hombre del norte,
Rastreo tu mirada y no sonríes...
no logras sacudirte el miedo que te puede,
un miedo que es concreto, físico, intermitente,
transparente y tangible...
Te sabes vulnerable.
Tienes miedo a ese mundo obcecado que salvas
de su atraso tribal, de su ignorancia,
de ese mundo que has hecho tu patio de recreo
donde ahora los fantasmas crecen como conejos
y pretenden saltar las alambradas
que protegen tu casa, tu mujer, tu despensa.
Te asustan las miradas de oscuro pedernal,
que chispean como ascuas encendidas, profundas,
saltando de unos rostros requemados
por una incomprensible ingratitud.
✽
Hombre del norte,
Me atrevo a aventurar, y ojalá me equivoque,
que no vas a encontrar
la vacuna adecuada
por más controles, artefactos,
sistemas detectores,
ataques preventivos,
guantánamos
y torturas que inventes o restaures...
Porque tu miedo no es el miedo del niño
ante la oscuridad que vomita un relámpago
o ante el estallido inesperado
del trueno en la tormenta.
Tu miedo no es de niño, es más profundo...
No será suficiente
con el beso en la frente de unos labios
o la palmada en la espalda de unas manos de madre.
✽
Porque tu miedo,
hombre del norte,
- tú siempre lo has sabido
y muchos lo hemos sospechado -
tu miedo no es tan inocente.
✽
ReyesFP