Los Paladines
Publicado: Vie Abr 18, 2008 00:29
A José Maria Eguren
En el jardín de las bengalas
raudas, núbiles cerástides
aguardan coquetas
el desfile de los paladines.
Adamantina, la más flor
entre sus primas
se hace espuma, se hace olor
entre las cortas galerías.
Crepitan correlonas las altas ciguas
haciéndose notar
y, a las rojas guerras
repiten no pelear.
Al pórtico de robles
de naturales castillos
se juntan torpes, sinfónicos,
cantores grillos.
Con su gala alejandrina
pasea su onda serena
entre palomares aplausos
los miñones vizcaínos.
Ya corre el infantil selenita
de tisú y maravilla
sobre los hombros del negro troglodita
mostrando su pálida rodilla.
Al sentir del traqueteo cadencioso
¡Carruajes paladines!
por el verde estuoso
de cien y cien maitines.
¡Ya se notan siderales
los carruajes colosales!
a su orilla de diamantes
entonan su aria, musas beldades.
Por ahí el sol…
Por ahí la luna…
Avivan las siringas
el desfile paladín
y las bayaderas con ajorcas
escarchan lluvioso carmín.
Cruzan vírgenes aéreas
solariegas de arrebol festivo
exhalando el perfume de lo vivo
a la tarde, madres frescas.
Por ahí el honor…
Por ahí el valor…
Incontenido de fulgor
con itaquenses cabellos
el hijo del cantor
vence dioses en sus nidos.
Corren quijotescos soñadores
con sus broqueles y sus cruces
y con sus alabardas de agonía
mueren túmidos de alegría.
Por ahí el amor…
Invaden ubérrimas luciolas
con sus áureas luminosas
a la cabeza de julietas
laureles, berilios, rosas princesas.
Al dulce ergo del aedo colosal
esperan con sus blancas andrianas
en el saxeo tálamo virginal
santas nereidas, enamoradas.
Marchitan las deicidas adelfas
ante el sempiterno paladín
al cortejo de sus blancas sombras
ambrosía de jazmín.
¡Finita el desfile paladín!
titanes aguardan empinados
sollozando ascéticos humanos
a la viva diosa sin fin.
Al abrego meridiano
la bella del vivir postrero
entona el aria del derrotero
clamando con verde mano.
Por ahí la esperanza…
En el jardín de las bengalas
raudas, núbiles cerástides
aguardan coquetas
el desfile de los paladines.
Adamantina, la más flor
entre sus primas
se hace espuma, se hace olor
entre las cortas galerías.
Crepitan correlonas las altas ciguas
haciéndose notar
y, a las rojas guerras
repiten no pelear.
Al pórtico de robles
de naturales castillos
se juntan torpes, sinfónicos,
cantores grillos.
Con su gala alejandrina
pasea su onda serena
entre palomares aplausos
los miñones vizcaínos.
Ya corre el infantil selenita
de tisú y maravilla
sobre los hombros del negro troglodita
mostrando su pálida rodilla.
Al sentir del traqueteo cadencioso
¡Carruajes paladines!
por el verde estuoso
de cien y cien maitines.
¡Ya se notan siderales
los carruajes colosales!
a su orilla de diamantes
entonan su aria, musas beldades.
Por ahí el sol…
Por ahí la luna…
Avivan las siringas
el desfile paladín
y las bayaderas con ajorcas
escarchan lluvioso carmín.
Cruzan vírgenes aéreas
solariegas de arrebol festivo
exhalando el perfume de lo vivo
a la tarde, madres frescas.
Por ahí el honor…
Por ahí el valor…
Incontenido de fulgor
con itaquenses cabellos
el hijo del cantor
vence dioses en sus nidos.
Corren quijotescos soñadores
con sus broqueles y sus cruces
y con sus alabardas de agonía
mueren túmidos de alegría.
Por ahí el amor…
Invaden ubérrimas luciolas
con sus áureas luminosas
a la cabeza de julietas
laureles, berilios, rosas princesas.
Al dulce ergo del aedo colosal
esperan con sus blancas andrianas
en el saxeo tálamo virginal
santas nereidas, enamoradas.
Marchitan las deicidas adelfas
ante el sempiterno paladín
al cortejo de sus blancas sombras
ambrosía de jazmín.
¡Finita el desfile paladín!
titanes aguardan empinados
sollozando ascéticos humanos
a la viva diosa sin fin.
Al abrego meridiano
la bella del vivir postrero
entona el aria del derrotero
clamando con verde mano.
Por ahí la esperanza…