Retrato de una noche paulatina.
Publicado: Sab Abr 07, 2012 20:24
Caigo... en brazos de ésta noche;
caigo, como la noche misma,
Una noche tan hermana
de la que te tuve entre mis dedos,
y, sin embargo, tan ajena.
A veces, a veces las noches que perdimos
regresan huérfanas
a pasar el invierno conmigo
y yo las cobijo,
les doy de beber mi boca y y mis huesos,
y ellas, sedientas de ti,
beben sin saber que sólo soy
lo que queda de nosotros.
Soy yo, lo que queda, mi querida ausencia,
soy lo que queda y el que se queda, de igual forma,
a presenciar,
junto con las estrellas
y la luna (ya sea llena o vacía)
los rasgos de tu partida:
la cama tenida, las paredes calladas,
mi boca estática y el cuerpo sabiendose
féretro mortal del alma mía...
Alma mía ¿En que noche te quedaste?
¿En que fresca y clara noche?
Todas se ven tan igual,
pues cierto es que la noche
no comprende de ausencias;
ella sigue llegando tan radiante
y dispuesta como cada noche lo hace.
A veces, el cuerpo
(que de igual forma que la noche,
ignoran cuestiones de hormonas y sentimientos)
me aconseja que, sería mejor dormir...
¡Oh, que ganas de dormir, y que falta de sueño!
(Es por eso que odio
que el despertador me interrumpa
cuando fingo estar muerto)
Y ya vez amor... no sólo tú me haces falta.
Ahora, que tengo nada (incluyéndote)
me da por ponerme a juntar las noches
en una poesía
que te deja ver como si fueses utopía pura;
eres mi utoía favorita.
En noches como ésta,
te quise
quizá no para siempre,
pero siempre te quise;
te quise de tú alma a mis pies.
¿Habrán encontrado
nuestras noches pasadas,
una muerte digna
para quedarse a vivir en ella?
¿Nos llevaran como lección, como derrota
o como un simple recuerdo?
La noche suelta
dudas y nostalgias
tales como la mentira
que hicimos por igual;
yo, bajarte las estrellas,
tú, estar a mi lado.
(Ésta noche
que tanto se parece a la de ayer,
amenaza con volver mañana
con todo y sus ausencias...)
Y tú ahí, durmiendo sin desmaquillarte,
fornicando,
fumando de madrugada,
llorando de emoción;
Despreocupada,
sin saber que yo
(con todo y mis múltiples noches)
te hecho tanto de menos...
Daniel Mejía Flores.
caigo, como la noche misma,
Una noche tan hermana
de la que te tuve entre mis dedos,
y, sin embargo, tan ajena.
A veces, a veces las noches que perdimos
regresan huérfanas
a pasar el invierno conmigo
y yo las cobijo,
les doy de beber mi boca y y mis huesos,
y ellas, sedientas de ti,
beben sin saber que sólo soy
lo que queda de nosotros.
Soy yo, lo que queda, mi querida ausencia,
soy lo que queda y el que se queda, de igual forma,
a presenciar,
junto con las estrellas
y la luna (ya sea llena o vacía)
los rasgos de tu partida:
la cama tenida, las paredes calladas,
mi boca estática y el cuerpo sabiendose
féretro mortal del alma mía...
Alma mía ¿En que noche te quedaste?
¿En que fresca y clara noche?
Todas se ven tan igual,
pues cierto es que la noche
no comprende de ausencias;
ella sigue llegando tan radiante
y dispuesta como cada noche lo hace.
A veces, el cuerpo
(que de igual forma que la noche,
ignoran cuestiones de hormonas y sentimientos)
me aconseja que, sería mejor dormir...
¡Oh, que ganas de dormir, y que falta de sueño!
(Es por eso que odio
que el despertador me interrumpa
cuando fingo estar muerto)
Y ya vez amor... no sólo tú me haces falta.
Ahora, que tengo nada (incluyéndote)
me da por ponerme a juntar las noches
en una poesía
que te deja ver como si fueses utopía pura;
eres mi utoía favorita.
En noches como ésta,
te quise
quizá no para siempre,
pero siempre te quise;
te quise de tú alma a mis pies.
¿Habrán encontrado
nuestras noches pasadas,
una muerte digna
para quedarse a vivir en ella?
¿Nos llevaran como lección, como derrota
o como un simple recuerdo?
La noche suelta
dudas y nostalgias
tales como la mentira
que hicimos por igual;
yo, bajarte las estrellas,
tú, estar a mi lado.
(Ésta noche
que tanto se parece a la de ayer,
amenaza con volver mañana
con todo y sus ausencias...)
Y tú ahí, durmiendo sin desmaquillarte,
fornicando,
fumando de madrugada,
llorando de emoción;
Despreocupada,
sin saber que yo
(con todo y mis múltiples noches)
te hecho tanto de menos...
Daniel Mejía Flores.