y los días más pronto se acaban,
hemos de empezar a
calentar de nuevo nuestra casa;
leer un libro al calor
de la estufa,
y recordar una vieja
canción ya olvidada.
Nuestra calle se poblará
otro año de hojas secas
que el viento barrerá
para desnudar la Nada.
Y de nuevo la lluvia
mojará nuestras tardes,
esas que nos traen aromas
de bizcocho de manzanas,
música de violín y
rimas hechas de plata