Se hizo tarde para abrazar el mañana
con las alas rotas de una ilusión furtiva,
vagué por tu universo corriendo tras tu sombra
pero se hizo tarde. .
La luna me acompañó toda la noche,
entró por mi ventana y se durmió
tranquila y apacible sobre mi lecho.
Y yo cansada
con los ojos hundidos de desvelo,
abrazada a tu pálido retrato,
sin fuerzas y bañada en llanto,
me quedé esperando tu llegada
o el susurro de una voz tan anhelada.
Te estuve esperando vestida de caricias,
con los besos bailando en el fondo de mi boca
mis labios temblaban. . . recordando
aquel último beso frío y silencioso
guardado en los confines de mi alma.
Pero se hizo tarde,
el sol me sorprendió llorando,
con tu nombre escrito en mi regazo.
Ya no quiero que vengas a buscarme,
esta noche mataste el amor que me quedaba
me dejaste esperando el aroma de tus brazos
y se hizo tarde. . .
Esmeralda
(Derechos Autor)