disfruta de su sagrado silencio,
culmina las horas cual
luna clavada en una daga
de terciopelo.
Es en estos sordidos momentos,
que la pluma se reanima
en impios movimientos.
La he sentido pesada
entre mis garras,
llamando a lo lejos,
sedienta de fatales versos.
Aquel que reine entre
los sueños,
podra sostener la pluma
que no tiene dueño,
aquel cuya sangre corra libre
en un tintero...
Podra acceder a las Astrales
habitaciones, donde habita..
" El Gran Aliento".