yaciendo entre arenas de tiempo
en algas de vida su presencia emerge.
Con venas diluidas en cal
su figura de isla se disfraza,
el shimagata ishi
con piel compuesta de azabache
el yama-gata ishi
sus alas al viento congratula.
el torigata-ishi
Impolutos, excelsos, humildes
en su daiza un saludo te da.
Desde las sombras de siglos olvidados
desde el Oriente a Occidente te cantan,
sus efigies te permiten contemplar.
En el tokonoma
puedes observarle quieto y sereno
y tu alma les puede escuchar.