Vivo en una cruel contradicción,
doy mi vida por estar contigo,
pero antes me arranco el corazón
que dejar a quien duerme conmigo.
¡Dios mío! ¿He perdido la razón?
Dime tú: diosa que da el Olvido;
si ayer ella se fue de mi lado
y me dejó abandonado el nido;
¿por qué todavía no he olvidado?
¿Es que me ha usurpado el sentido?
Tú, Virgencita de los Remedios,
que sabes de aquella mi gran pena,
¿Por que me la pones hoy en medio?
¿Por qué esto que tanto me envenena?
Dime... ¿Por qué este terrible asedio?
¿Por qué vuelves, mi primer amor?
Si ya camino "por el Cipres";
lento, en el olvido del clamor
y recogida toda la mies
que me concedió ayer el valor.
No sé si es quimera o pesadilla,
desazón que domina mis bríos
y que agotó todas las semillas,
de mis eriales hoy ya sombríos.
¡Exangües están mis mejillas!
doy mi vida por estar contigo,
pero antes me arranco el corazón
que dejar a quien duerme conmigo.
¡Dios mío! ¿He perdido la razón?
Dime tú: diosa que da el Olvido;
si ayer ella se fue de mi lado
y me dejó abandonado el nido;
¿por qué todavía no he olvidado?
¿Es que me ha usurpado el sentido?
Tú, Virgencita de los Remedios,
que sabes de aquella mi gran pena,
¿Por que me la pones hoy en medio?
¿Por qué esto que tanto me envenena?
Dime... ¿Por qué este terrible asedio?
¿Por qué vuelves, mi primer amor?
Si ya camino "por el Cipres";
lento, en el olvido del clamor
y recogida toda la mies
que me concedió ayer el valor.
No sé si es quimera o pesadilla,
desazón que domina mis bríos
y que agotó todas las semillas,
de mis eriales hoy ya sombríos.
¡Exangües están mis mejillas!