¿Tocar?
Publicado: Mar Ago 06, 2013 19:29
¿Qué?
No, es broma.
Claro, es broma.
Toques,
caricias,
golpes,
frotes...
susurros.
Enumeraría la vida
si me hablan de esto.
Clamaría a las estrellas
cuando me deleitaron
con un rayo de luz.
O insultaría al sol
por dañar mi retina
cuando la tocó
con su calor.
Me reiría cuando mi amigo
me estrechó su mano
por primera vez.
Me alegraría
si los besos de mi amada
me tocaran en la vejez.
Me dolería viajar
cuando las palabras de una
cortaron conmigo.
Me excitaría recordar
cuando la piel de la misma
no sólo me daba abrigo.
Me estremecería nuevamente
sabiendo que los toques
del vibrar de los sonidos
parece que quisieran salir,
con algunas palabras,
desde la punta de los pelos de mi piel.
Me alegraría saber
que la fuerza de mis puños
salvó a mi familia
cuando intentaron robar mi casa.
Que algunos toques naturales
no quemaran la piel de mi gente
si es que se quemara la casa
de una persona amable.
La interacción de un toque
viaja a más que mis manos.
Viaja más que a mis ojos,
o más que a la interacción.
Porque el toque es un intercambio,
pero es una fuerza
que nos permite vivir.
Porque tu toque
es lo que da sabor al mundo,
a la gente,
a la forma,
a lo candente,
a todo.
Y yo te llamo a construír,
desde ese intercambio,
no sólo una interacción;
sinó que una sociedad.
Y tú toque puede cambiar
hasta cómo tocas lo material.
El oro ya no es oro,
y la basura es diamante...
No sé,
¿tocar por tocar?
No, no es eso.
Lo que debemos hacer
es dar un toque que cale al alma,
como un verso a mi retina,
o una pintura a las lágrimas
que saca al maravillar con sus colores.
El toque no es lo que tocas,
tú eres el toque.
¿Cómo tocas?
¿Con el alma o con los dedos?
No, es broma.
Claro, es broma.
Toques,
caricias,
golpes,
frotes...
susurros.
Enumeraría la vida
si me hablan de esto.
Clamaría a las estrellas
cuando me deleitaron
con un rayo de luz.
O insultaría al sol
por dañar mi retina
cuando la tocó
con su calor.
Me reiría cuando mi amigo
me estrechó su mano
por primera vez.
Me alegraría
si los besos de mi amada
me tocaran en la vejez.
Me dolería viajar
cuando las palabras de una
cortaron conmigo.
Me excitaría recordar
cuando la piel de la misma
no sólo me daba abrigo.
Me estremecería nuevamente
sabiendo que los toques
del vibrar de los sonidos
parece que quisieran salir,
con algunas palabras,
desde la punta de los pelos de mi piel.
Me alegraría saber
que la fuerza de mis puños
salvó a mi familia
cuando intentaron robar mi casa.
Que algunos toques naturales
no quemaran la piel de mi gente
si es que se quemara la casa
de una persona amable.
La interacción de un toque
viaja a más que mis manos.
Viaja más que a mis ojos,
o más que a la interacción.
Porque el toque es un intercambio,
pero es una fuerza
que nos permite vivir.
Porque tu toque
es lo que da sabor al mundo,
a la gente,
a la forma,
a lo candente,
a todo.
Y yo te llamo a construír,
desde ese intercambio,
no sólo una interacción;
sinó que una sociedad.
Y tú toque puede cambiar
hasta cómo tocas lo material.
El oro ya no es oro,
y la basura es diamante...
No sé,
¿tocar por tocar?
No, no es eso.
Lo que debemos hacer
es dar un toque que cale al alma,
como un verso a mi retina,
o una pintura a las lágrimas
que saca al maravillar con sus colores.
El toque no es lo que tocas,
tú eres el toque.
¿Cómo tocas?
¿Con el alma o con los dedos?