Acá estoy
Publicado: Jue Oct 03, 2013 12:38
Y acá estoy
buscando un camino.
Acá me sitúo
en algún rincón sin rincón,
mientras escribo algún verso
que destruya mi espacio
para mostrarlo a alguno
que halle en mis letras
una estrofa de paso.
Pero basta de cuentos
que algunos albergan
para sosegar una corriente
propia de la naturaleza.
Esos cuentos que te atrapan,
que llegan a más lugares de tu vida
de los que puedes contar con los dedos.
A lugares que parecen vanales,
vanales en lo visto día a día.
Porque vivimos,
existimos,
nacemos,
comemos,
morimos.
Lo vacío alberga la parte
más importante de tu vida.
La metafísica se perdió
cuando aterrizaste y derribaste
lo que no puedes demostrar.
El problema del dilema,
el alma mater del amor
versus lo plausible del odio colectivo.
El resentimiento...
la cólera es tu momento.
Algunos piensan que en el amor
está la solución al problema
que retuerce la soledad.
Algunos apuntan con el dedo
al que rechazó su sociedad
porque temen perder
lo que los incluye en un grupo.
Los discriminan...
y duele recíprocamente.
Algunos piensan (como yo)
que la soledad es un hielo
que no se derrite con un fuego
que arda a millones de kilómetros.
Ni el infierno podría contener tanto fuego...
porque el infierno es frío.
El dolor del calor es inmediato,
el hielo te deja siendo un martir perpetuo.
El alma no es suficiente
para poder viajar en la consciencia
de alguno que es ajeno a los pensamientos.
Y el dolor es lo que completa
lo que el amor dejó lleno a medias.
El sentido es artificial,
el que vuela sobre dos paradigmas
que no comprenden la realidad.
Que el humano es bueno,
es necesario,
es influyente,
es dueño.
Dueño de la ley natural
que destruye todo a su paso.
Y necesitamos vivir del amor,
el carisma,
las sonrisas,
el atruismo,
todo lo lindo.
Y si algo de bueno tenemos,
algo es tan hermoso para seguir matando
y para entender la vida,
entonces dámelo.
Dame aquello que no me haga perder "el rumbo".
Dámelo, lo necesito...
Necesito saberlo,
por favor.
Dame una razón para poder vivir
y estar consciente de que boto basura,
me baño con agua caliente,
gasto luz eléctrica,
hago daño.
Que mientras condeno a los otros
en una suma de personas
albergo un mal comunitario
que a la vez se hace venidero.
Dame una razón,
solo una,
para poder ver que la vida
no es más que la negación de la no existencia;
de la vanidad necesaria
para poder sobrevivir.
Dámela,
porque mi dolor,
ese que está hoy presente,
está clamando por tú razón
complementaria a la mía.
Llega,
te lo pido.
buscando un camino.
Acá me sitúo
en algún rincón sin rincón,
mientras escribo algún verso
que destruya mi espacio
para mostrarlo a alguno
que halle en mis letras
una estrofa de paso.
Pero basta de cuentos
que algunos albergan
para sosegar una corriente
propia de la naturaleza.
Esos cuentos que te atrapan,
que llegan a más lugares de tu vida
de los que puedes contar con los dedos.
A lugares que parecen vanales,
vanales en lo visto día a día.
Porque vivimos,
existimos,
nacemos,
comemos,
morimos.
Lo vacío alberga la parte
más importante de tu vida.
La metafísica se perdió
cuando aterrizaste y derribaste
lo que no puedes demostrar.
El problema del dilema,
el alma mater del amor
versus lo plausible del odio colectivo.
El resentimiento...
la cólera es tu momento.
Algunos piensan que en el amor
está la solución al problema
que retuerce la soledad.
Algunos apuntan con el dedo
al que rechazó su sociedad
porque temen perder
lo que los incluye en un grupo.
Los discriminan...
y duele recíprocamente.
Algunos piensan (como yo)
que la soledad es un hielo
que no se derrite con un fuego
que arda a millones de kilómetros.
Ni el infierno podría contener tanto fuego...
porque el infierno es frío.
El dolor del calor es inmediato,
el hielo te deja siendo un martir perpetuo.
El alma no es suficiente
para poder viajar en la consciencia
de alguno que es ajeno a los pensamientos.
Y el dolor es lo que completa
lo que el amor dejó lleno a medias.
El sentido es artificial,
el que vuela sobre dos paradigmas
que no comprenden la realidad.
Que el humano es bueno,
es necesario,
es influyente,
es dueño.
Dueño de la ley natural
que destruye todo a su paso.
Y necesitamos vivir del amor,
el carisma,
las sonrisas,
el atruismo,
todo lo lindo.
Y si algo de bueno tenemos,
algo es tan hermoso para seguir matando
y para entender la vida,
entonces dámelo.
Dame aquello que no me haga perder "el rumbo".
Dámelo, lo necesito...
Necesito saberlo,
por favor.
Dame una razón para poder vivir
y estar consciente de que boto basura,
me baño con agua caliente,
gasto luz eléctrica,
hago daño.
Que mientras condeno a los otros
en una suma de personas
albergo un mal comunitario
que a la vez se hace venidero.
Dame una razón,
solo una,
para poder ver que la vida
no es más que la negación de la no existencia;
de la vanidad necesaria
para poder sobrevivir.
Dámela,
porque mi dolor,
ese que está hoy presente,
está clamando por tú razón
complementaria a la mía.
Llega,
te lo pido.