Poema al toro noble y bravo
Publicado: Mar Sep 30, 2014 08:45
A las cinco de la tarde suena el clarín.
La marquesa luce mantón que maravilla
y de su pelo emana aroma de jazmín.
¡Ya hacen el paseillo las cuadrillas...!
Vestido de grana y oro luce el matador;
sus ojos se incrustan en el cielo azulino,
por su frente emanan unas gotas de sudor
pero anhelante para enfrentarse a su sino.
Sale un toro negro que da miedo ver,
el maestro lo recibe a porta gayola
ante el silencio y suspiros de mujer
mujer amante, mujer fiel, mujer española.
Cinco verónicas cual alas de mariposas,
primor y loor de Morante de la Puebla.
¡Enormes... Primorosas... Majestuosas...!
El alma se enardece, el corazón en un brete.
El morlaco embiste con fuerzas inusitadas
ante aquel que le va a poner dos rehiletes.
En el morrillo de la fiera quedan clavadas.
¡Naturales, pases por alto al toro noble,
derechazos, manoletinas y desplantes
al son de la música de un pasodoble;
y entre los oles de un público delirante.
El morlaco no siente ni sufre la tortura;
la boca cerrada y los lomos sangrantes,
en sus ojos se ven la casta y su bravura...
Toro incomprendido por los ignorantes.
Muerte heroica, sangre de fuego y oro,
envidia de los animales prisioneros
que mueren sin gloria y con desdoro
en un triste y fúnebre desolladero.
¡Viva tu casta y tu bravura! Toro español
No permitas que te lleven a un matadero,
que nadie te convierte en un triste guiñol;
sé tú, el toro que muere como un guerrero.
La marquesa luce mantón que maravilla
y de su pelo emana aroma de jazmín.
¡Ya hacen el paseillo las cuadrillas...!
Vestido de grana y oro luce el matador;
sus ojos se incrustan en el cielo azulino,
por su frente emanan unas gotas de sudor
pero anhelante para enfrentarse a su sino.
Sale un toro negro que da miedo ver,
el maestro lo recibe a porta gayola
ante el silencio y suspiros de mujer
mujer amante, mujer fiel, mujer española.
Cinco verónicas cual alas de mariposas,
primor y loor de Morante de la Puebla.
¡Enormes... Primorosas... Majestuosas...!
El alma se enardece, el corazón en un brete.
El morlaco embiste con fuerzas inusitadas
ante aquel que le va a poner dos rehiletes.
En el morrillo de la fiera quedan clavadas.
¡Naturales, pases por alto al toro noble,
derechazos, manoletinas y desplantes
al son de la música de un pasodoble;
y entre los oles de un público delirante.
El morlaco no siente ni sufre la tortura;
la boca cerrada y los lomos sangrantes,
en sus ojos se ven la casta y su bravura...
Toro incomprendido por los ignorantes.
Muerte heroica, sangre de fuego y oro,
envidia de los animales prisioneros
que mueren sin gloria y con desdoro
en un triste y fúnebre desolladero.
¡Viva tu casta y tu bravura! Toro español
No permitas que te lleven a un matadero,
que nadie te convierte en un triste guiñol;
sé tú, el toro que muere como un guerrero.