
¿No era mejor esperar?
¿Y no haber tenido prisa?
¿Y no tener mi pesar?
Sabía a qué me arriesgaba,
pero no lo tuve en cuenta,
y yo ahora me arrepiento,
porque perdí a cenicienta.
Pero la prisa me pudo,
el amor no se aguantó,
y le quiso llegar a ella,
pero ella no le acató.
Paso las noches pensando,
pensando en lo que perdí,
en lo que ya no podré ver,
causa de lo que yo entí*.