YA SÓLO QUEDAN SOMBRAS

[ingrid zetterberg]

YA SÓLO QUEDAN SOMBRAS Pequeña mía, poseo una piedrecilla azulada y pulida, apretada en mi diestra; la saqué de las aguas del río de tu adiós, como la esperanza que brotó en mi oración. Aunque mis ojos miran sin ver, y se ha encallecido mi alma por primera vez. Tu risa se ha ido, y no llega más al umbral de mi cansancio. ¡Devuélveme tu risa! Cerrada está mi puerta con la llave de la certeza de que no llegarás. Y ya sólo quedan sombras. Fue en diciembre que partiste de mí con tus alas alegres de juventud. Y te llevaste mi alma. Cinco estrellas dieron vida a mi ventana, pero una de ellas muy lejos brilla de mi dura noche. Para otros es tu voz; yo me quedé sin tu luz. Los días avanzan penosamente. Entre la multitud ¿reconocerás mis miradas cuando vuelvas? Pequeña mía, te quedaste sin conocer mis flores satinadas de verde agua, con que adorné el comedor. ¡Y es que fui tan niña! que no sabía que un velo triste ya cubría tu plato servido con amor. Ahora sólo quedan sombras. Pequeña, ¿cuándo fue la última vez que reímos juntas? Sólo sé que cuando callaron nuestras risas, se desbocaron los silencios. ¿Sabes? Cerca de aquí, en algún lugar del mundo, hay banquitas en los parques, esperándonos. Y es verano. Pero en las bancas grises de mis sueños es otoño. Y las hojas secas se arrastran y se persiguen entre sí, en una lúgubre procesión. ¡Qué soledad! Es el crepúsculo, que se adhiere a mis entrañas, y ya sólo quedan sombras. ¡Vuelve! que aún queda un plato despreciado de lentejas, esperándote. INGRID ZETTERBERG Dedicado a mi amada hija Claudia, en el tiempo que estuvo ausente, cuando se fue a vivir a Estados Unidos. (Derechos Reservados) [

[Romantyka]

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YA SÓLO QUEDAN SOMBRAS





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Pequeña mía,
poseo una piedrecilla
azulada y pulida,
apretada en mi diestra;

la saqué de las aguas
del río de tu adiós,
como la esperanza
que brotó en mi oración.

Aunque mis ojos
miran sin ver,
y se ha encallecido
mi alma
por primera vez.

Tu risa se ha ido,
y no llega más
al umbral
de mi cansancio.

¡Devuélveme tu risa!

Cerrada está mi puerta
con la llave
de la certeza
de que no llegarás.

Y ya sólo quedan sombras.

Fue en diciembre
que partiste de mí
con tus alas alegres
de juventud.

Y te llevaste mi alma.

Cinco estrellas
dieron vida
a mi ventana,
pero una de ellas
muy lejos brilla
de mi dura noche.

Para otros es tu voz;
yo me quedé sin tu luz.
Los días
avanzan penosamente.

Entre la multitud
¿reconocerás mis miradas
cuando vuelvas?

Pequeña mía,
te quedaste sin conocer
mis flores satinadas
de verde agua,
con que adorné el comedor.

¡Y es que fui tan niña!

que no sabía
que un velo triste
ya cubría tu plato
servido con amor.

Ahora sólo quedan sombras.

Pequeña, ¿cuándo fue
la última vez
que reímos juntas?

Sólo sé
que cuando callaron
nuestras risas,
se desbocaron
los silencios.

¿Sabes?
Cerca de aquí,
en algún lugar
del mundo,
hay banquitas
en los parques,
esperándonos.

Y es verano.

Pero en las bancas
grises
de mis sueños
es otoño.

Y las hojas secas
se arrastran
y se persiguen
entre sí,
en una lúgubre
procesión.

¡Qué soledad!

Es el crepúsculo,
que se adhiere
a mis entrañas,
y ya sólo quedan
sombras.

¡Vuelve!
que aún queda
un plato despreciado
de lentejas,
esperándote.






INGRID ZETTERBERG

Dedicado a mi amada hija Claudia,
en el tiempo que estuvo ausente, cuando
se fue a vivir a Estados Unidos.

Estimada INGRID ZETTERBERG

No podia dejar de estar presente ante sus letras, por lo que hoy también me tiene por aquí para saludar lo nuevo que nos trae por el foro, sobre todo con este bello homenaje de amor de madre que nos llega a través de nuestro rincón de siempre , y sobre el cual le dejo en mi presencia, mis saludos por lo hecho, quedando la constancia de mi paso ...
Saluditos y que el Señor guíe su camino!

[Olga Digon]

Hermoso trabajo Ingrid, primera vez que te veo y me ha encantado tu poesia.
Como tu hijita tambien parti a la USA, y nunca regrese, mi Mamita siempre venia a verme
ahora la tengo mas cerca pues al mirar los cielos ahi la veo...

Recibe un fuerte abrazo y Feliz Dia de la Madre!!!

Un besito
Olgui

[Esmeralda]

Nostálgicos versos brotaron del
corazón de una madre que extraña a su niña.
Sin embargo la suelta para que alcance sus sueños y sus
ilusiones.
Dejo mi saludo en tu aporte.

[ingrid zetterberg]

Hermoso trabajo Ingrid, primera vez que te veo y me ha encantado tu poesia.
Como tu hijita tambien parti a la USA, y nunca regrese, mi Mamita siempre venia a verme
ahora la tengo mas cerca pues al mirar los cielos ahi la veo...

Recibe un fuerte abrazo y Feliz Dia de la Madre!!!

Un besito
Olgui

¡Qué dolor me ha dado tu comentario, estimada Olga, me hiciste llorar, porque yo sé cuánto se ama a los hijos, y cuando se ausentan por largos años, se sufre mucho. Tu madrecita debe haber sufrido mucho, ¡y qué pena que tú no regresaste! y ella se fue para no volver...te cuento que yo también visitaba a mi hija todos los años, hasta que Dios escuchó mis oraciones, y me la trajo de regreso a casa con mi nieto precioso. Gracias mil por visitar mis versos y dejar tu grata huella. Un abrazo.

[ingrid zetterberg]

Nostálgicos versos brotaron del
corazón de una madre que extraña a su niña.
Sin embargo la suelta para que alcance sus sueños y sus
ilusiones.
Dejo mi saludo en tu aporte.

Gracias Esmeralda por asomarte a mis versos y dejarme tu bella y comprensiva respuesta. Un saludo fraterno.

[ingrid zetterberg]

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Pequeña mía,
poseo una piedrecilla
azulada y pulida,
apretada en mi diestra;

la saqué de las aguas
del río de tu adiós,
como la esperanza
que brotó en mi oración.

Aunque mis ojos
miran sin ver,
y se ha encallecido
mi alma
por primera vez.

Tu risa se ha ido,
y no llega más
al umbral
de mi cansancio.

¡Devuélveme tu risa!

Cerrada está mi puerta
con la llave
de la certeza
de que no llegarás.

Y ya sólo quedan sombras.

Fue en diciembre
que partiste de mí
con tus alas alegres
de juventud.

Y te llevaste mi alma.

Cinco estrellas
dieron vida
a mi ventana,
pero una de ellas
muy lejos brilla
de mi dura noche.

Para otros es tu voz;
yo me quedé sin tu luz.
Los días
avanzan penosamente.

Entre la multitud
¿reconocerás mis miradas
cuando vuelvas?

Pequeña mía,
te quedaste sin conocer
mis flores satinadas
de verde agua,
con que adorné el comedor.

¡Y es que fui tan niña!

que no sabía
que un velo triste
ya cubría tu plato
servido con amor.

Ahora sólo quedan sombras.

Pequeña, ¿cuándo fue
la última vez
que reímos juntas?

Sólo sé
que cuando callaron
nuestras risas,
se desbocaron
los silencios.

¿Sabes?
Cerca de aquí,
en algún lugar
del mundo,
hay banquitas
en los parques,
esperándonos.

Y es verano.

Pero en las bancas
grises
de mis sueños
es otoño.

Y las hojas secas
se arrastran
y se persiguen
entre sí,
en una lúgubre
procesión.

¡Qué soledad!

Es el crepúsculo,
que se adhiere
a mis entrañas,
y ya sólo quedan
sombras.

¡Vuelve!
que aún queda
un plato despreciado
de lentejas,
esperándote.






INGRID ZETTERBERG

Dedicado a mi amada hija Claudia,
en el tiempo que estuvo ausente, cuando
se fue a vivir a Estados Unidos.

Estimada INGRID ZETTERBERG

No podia dejar de estar presente ante sus letras, por lo que hoy también me tiene por aquí para saludar lo nuevo que nos trae por el foro, sobre todo con este bello homenaje de amor de madre que nos llega a través de nuestro rincón de siempre , y sobre el cual le dejo en mi presencia, mis saludos por lo hecho, quedando la constancia de mi paso ...
Saluditos y que el Señor guíe su camino!

Gracias estimada Romantyka por estar presente entre mis versos y dejarme tu grata respuesta. Un saludo fraterno.