regreso por las mismas huellas
que apenas se divisan
sin saber...
que el ocaso se acuna,
que la pena se duerme
y el otoño me llega sin querer...
Con las manos vacías
de un abrazo sin nombre
va tejiendo caricias
este ser...
Alentando tibiezas
de un amor que no llega,
mientras quiere ser luz
de algún vergel...
Y en la noches de estrellas
se confunde mi sombra
mientras lloro en secreto
este querer...
Me perturba la idea
de morir sin un beso,
de secar cada sueño
que inventé..
Escondida en las hojas
de estos versos que vuelan,
me dibuja las alas un pincel,
de colores y risas,
de canción y de juego,
implorando ser niña
y no volver...