Las
aristas
del
mar
se
vuelven
vasos
de agua
para
boca
del
viento
Suda
sangre
roja
el
hielo
del
atardecer
sobre
la palma
de
mi
mano
Sensacion
romantica
quebradiza
cuando
la duda
del
olvido
se
hace
bruma
de cabellos
entre cabellos
azabache
de una
dama
Cantan
las
gaviotas
ángeles
salados
y
las olas
se
rompen
en
mi espalda
en
mi regreso.
Máximo Guijarro Moreno 2019