
recorriendo mis senderos,
como suave torbellino
agigantas mis deseos.

Se confunde la nostalgia
en el brillo de tu cuerpo
porque entiendo que te irás
cuando se marche el lucero.

Quiero embrujar los latidos
que se clavan en tu pecho
como puñales sin filo
arrasando con el tiempo.

Quiero convertirme en agua
del océano que tienes
en los ojos y en el alma
cuando en mi vientre te encuentres.

Se confunde la caricia
entre sombras y entre pliegues.
Si supieras que me invades
enamorándome al verte.

Tiembla el amor esta noche
de placeres inocentes
que hacen nido en la mirada
de dos seres que se sienten.

¡Ven! Reconfórtate al tenerme,
que yo me quedo guardada
donde tus sueños se duermen
y entenderás que fui tuya
desde hoy, mañana y siempre...
