Atrapada entre dos Mundos...
Publicado: Sab Ene 23, 2021 17:41
Siento que cada día mis ausencias son mayores,
que ya no estoy, que me he ido.
Que más y más me alejo de mi nido de amor,
de mi hogar,
para volar entre todas las gaviotas
y sentirme feliz entre los brazos poderosos del viento.
¡Ah, volar, placer de dioses.
Anhelo infinito!
A veces mis alas rozan las aguas
y vuelvo a alzar el vuelo… así una y otra vez.
Incansablemente subo y bajo,
hago caprichosas piruetas,
abriéndome a los sueños,
a todas las sensaciones y deseos,
a esos anhelos de volar…
preñados de giros y giros incansables
por el espacio infinito.
Pero “él” me despierta,
y me regresa al lecho conyugal.
Él es mi esposo, el amado de mi corazón terrenal,
¿Sueño o realidad?
Aún no he alcanzado a distinguir
si lo mío es
el anhelo de dos sueños,
o el sueño de dos inmensos deseos…
Cuando sobrevuelo la inmensa vastedad del mar
y me empapo de su belleza infinita,
soy una más de la legión de gaviotas,
que va sumida en el soplo caprichoso,
de todos los anhelos,
el vuelo del gozo,
el vuelo del más inmenso placer,
el vuelo de los ensueños, la magia y el poder,
el vuelo y hechizo de una fastuosa danza acrobática
sin fin…
Pero, al despertar, “él”
me retiene entre sus brazos
preguntando ¿ dónde estabas?,
mientras me besa y acaricia, como yo a él,
pero nada sabe de mis vuelos,
ya que no es dado a volar,
por ello cuando lo creo dormido
alzo el vuelo...
Sé que jamás podré renunciar a esas idas y venidas,
pero también sé lo mucho que lo amo,
por ello a veces me siento:
¡Atrapada entre dos Mundos!
*
(C) Carlota Montenegro
que ya no estoy, que me he ido.
Que más y más me alejo de mi nido de amor,
de mi hogar,
para volar entre todas las gaviotas
y sentirme feliz entre los brazos poderosos del viento.
¡Ah, volar, placer de dioses.
Anhelo infinito!
A veces mis alas rozan las aguas
y vuelvo a alzar el vuelo… así una y otra vez.
Incansablemente subo y bajo,
hago caprichosas piruetas,
abriéndome a los sueños,
a todas las sensaciones y deseos,
a esos anhelos de volar…
preñados de giros y giros incansables
por el espacio infinito.
Pero “él” me despierta,
y me regresa al lecho conyugal.
Él es mi esposo, el amado de mi corazón terrenal,
¿Sueño o realidad?
Aún no he alcanzado a distinguir
si lo mío es
el anhelo de dos sueños,
o el sueño de dos inmensos deseos…
Cuando sobrevuelo la inmensa vastedad del mar
y me empapo de su belleza infinita,
soy una más de la legión de gaviotas,
que va sumida en el soplo caprichoso,
de todos los anhelos,
el vuelo del gozo,
el vuelo del más inmenso placer,
el vuelo de los ensueños, la magia y el poder,
el vuelo y hechizo de una fastuosa danza acrobática
sin fin…
Pero, al despertar, “él”
me retiene entre sus brazos
preguntando ¿ dónde estabas?,
mientras me besa y acaricia, como yo a él,
pero nada sabe de mis vuelos,
ya que no es dado a volar,
por ello cuando lo creo dormido
alzo el vuelo...
Sé que jamás podré renunciar a esas idas y venidas,
pero también sé lo mucho que lo amo,
por ello a veces me siento:
¡Atrapada entre dos Mundos!
*
(C) Carlota Montenegro