LIBERTAD EN MIS SILENCIOS
Se quedan los silencios prendados de mi boca,
y un ritual de flores se conserva en mi pecho,
mientras exhalo el ultimo aliento, para ese amor
incierto que ahora reposa frágil entre los muertos.
La soledad arrecia, pero el alma se enaltece, y
se fuga hasta la inmensidad divina, para dar
rienda suelta al sentimiento de paz y regocijo,
donde el dueño y señor… solo es el viento.
Se desgajan los momentos y los sueños se quedan
en el aletear de una quimera, pues mis pies están libres
de nuevo, se siembran sobre la tierra.
Y el olor a hierba se cuela en mis pensamientos.
Que bueno sentir la brisa en mi rostro, suave,
dejando huellas sobre mi piel, ahora virgen de todo
intento, de todo encuentro, de insolencias y vehemencias.
Soy libre por fuera y por dentro, ya murieron los lamentos.
¡Viva la vida, y la libertad en mis silencios!