Cómo la vida atravieza los años
a paso agigantado,
cuando deseamos
que se detengan el minutero...
Se me quiebra el alma,
se desgarran las horas de mi tiempo...
Pero estas allí, tú siempre allí
en el instante justo que Dios
me dice que me ama.
Cuarenta y ocho años hoy he glorificado,
ha sido mi mejor aniversario
despues de tantas décadas,
mujer madre ante tus ojos
la mirada de ellas el mejor premio,
¿Sabes la fortuna de verlas contentas?
Sí lo sabes, y tú lo has hecho,
humilde espíritu que amo y respeto.
Este momento no tiene título
es algo que rebaza todo sentimiento,
eterno vínculo de agradecimiento
rozan nuestros espíritus
como en un alumbramiento.
María de la Cruz Díaz
08 Setiembre 2008
Lima - Perú