iOh soledad compañera!
tu fidelidad me mata
y hasta a veces me arrebata
la calma entonces quisiera
fueras una forastera,
para que nunca regreses,
y hacerte pagar con creces
el peso de tu presencia
pero vuelvo en mi inocencia
a beber de lo que ofreces.
Obligándome a vivir
a tu gusto y acomodo,
poniéndole gris a todo
sin preguntar ni decir,
te mofas de mi sentir
creyéndote poderosa,
te acercas y silenciosa
comes y duermes conmigo,
y tonta te doy abrigo
mientras tu ríes dichosa.
Autor
Paloma Erika Sofía