como aprendiz madeja de la mente,
desnuda, sin pasado y sin presente,
el futuro es el sastre de mi traje.
Suavemente camino entre el encaje,
para asomarme libre y muy consciente,
enhebrada en la aguja ver sin lente,
y buscar dirección del modelaje.
Algún nudo dañando el fino hilo
quiere rasgar inútil mi vestido,
mas corta con tijera o con mordido,
el destino, que cose aún tranquilo.
Lento y con su dedal teje sin ruido
nuevos ropajes, fieles a mi estilo.