La noche me tomó en sus brazos
y el viento me ofreció su vuelo.
La brisa se alejó danzando
y el tiempo se quedó mirando.
La estrella me entregó su brillo
y el mar su majestuoso brío.
La luna me prestó su encanto
y el río su armonioso canto.
Un sueño me miró a los ojos
y un beso me rozó los labios.
Un ángel se posó a mi lado
y un verso... me fue revelado
Cecilia Rico de Viamont