No me trates, por favor,
con tanta beligerancia
pues se debe mi constancia
a esta pasión que yo siento
quemándome a fuego lento
que no sé si vivo o expiro,
tan sólo sé que suspiro
locamente por tu amor.
Deja de hacerme sufrir
tratándome cual ingrata,
no te estoy dando la lata
ni quiero serte pesado,
pero estando enamorado
¡sin ti no quiero vivir!
La sexta y octava torradas son estrofas de origen sardo (Italia) en las que después del primer verso los siguientes son pareados hasta llegar al último, el que puede rimar o no con el verso primero.
En cuanto a la medida de los versos, éstos son octosílabos o bien endecasílabos.
Aquí los conjunto improvisando el sonetillo torrado.