
No dejes que el silencio nos convierta
en personas que nunca se cruzaron,
en dos seres que tras cerrada puerta
la sed de su pasión jamás saciaron.
No permitas que el frío desamor
invada los recintos de la casa,
piensa que finalmente todo pasa
y vuelve a contemplarme, por favor.
No debemos dejar que el tiempo invierta
cada una de las cosas que lograron
nuestras vidas en nombre del amor.
Los hijos se nos fueron, verdad cierta,
pero tampoco solos nos dejaron;
estamos juntos… ¡juntos es mejor!
El presente soneto sigue el esquema diseñado por Pierre de Ronsard (1524-85): ABAB-CDDC-ABC-ABC