¡Oh tú gran diosa del amor que velas!
tras este negro manto tu belleza,
transmitiendo innegable la tristeza
por un amor perdido que hoy anhelas.
Vagando vas por esas callejuelas,
no ocultas tu dolor ni tu grandeza;
tus labios, rojo intenso de cereza,
ya muestran el temblor que tú rebelas.
No pierdas ni la fe, ni la esperanza,
ni esquives tus sueños ni ilusiones,
no te niegues al amor, ten confianza
y verás renacer otras pasiones;
disfrutarás al fin nueva romanza,
uniendo en el amor, dos corazones.
©Roberto Santamaría