
EL ALACRÁN
Va el alacrán cual gladiador severo,
abiertas sus tenazas, triquitraque;
pretendiendo a Goliat poner en jaque,
llevando enhiesto su lanzón ligero.
Su cuerpo seccionado por entero,
avanza disponiéndose al ataque,
confiado en la textura de su empaque
como blindaje rígido de acero.
Se acerca con sigilo y sin empacho
a los pies reposados del hombracho
(quien no ve al ponzoñoso que se encasta).
Entonces el gigante susodicho,
giró un pie, maquinal, sobre aquel bicho,
y sin querer de un pisotón lo aplasta.

LA ABEJA
¡Qué hermosa dualidad tiene la abeja,
que es poetisa y obrera en sus labores,
porque extrae la esencia de las flores
y en el taller de su panal la deja!
Luego afanosa, en la entramada reja,
la transforma en melíficos sabores,
cuya virtud, en ámbares colores,
a la acritud de la amargura aleja.
También transporta el polen fecundante
que a los frutos da vida a cada instante,
con todas sus virtudes milagrosas.
Revitaliza al cuerpo y a la mente,
ya que nos alimenta dulcemente
con nardos, con jazmines y con rosas...