
Majestuosa en la costa la palmera.
se yergue esbelta, altiva, cadenciosa,
mientras mece en su fronda rumorosa,
a un destello de luz que reverbera.
Lleva en su esencia la expresión playera,
el rítmico aletear de mariposa,
el oleaje y el viento que retoza
sobre su portentosa cabellera.
Es ella la emoción y la esperanza,
por su forma y su fruto a los que evoco
en mi sonora lira de alabanza.
Y en mi delirio mágico provoco
ver la forma del mundo que descansa
en la excelente redondez del coco.