Ángel que guardas mis luces y sombras,
eres un sueño soñado despierto:
para que nunca transite lo incierto
tiendes tus alas a modo de alfombras.
Como hortelana mi vida acogombras
siendo esa planta que cuidas del huerto,
sólo contigo me siento a cubierto,
¡dulce criatura que siempre me asombras!
Suples al sol y a la lluvia serena,
tienen tus manos el tacto mirífico,
¡nadie quizás me lo quiera creer!
Hay en tu esencia una paz nazarena,
fuerza es decirlo, tu amor es munífico…
Eres un ángel… ¡No sólo mujer!
Para el presente soneto empleo el endecasílabo dactílico pleno o perfecto,
con acentos en las sílabas 1ª, 4ª, 7ª y 10ª.
Acogombrar = tapar con tierra ciertas plantas para que se pongan más tiernas y blancas.
Arrimar tierra al pie de los árboles.
Mirífico = poét: maravilloso, admirable, asombroso.
Munífico = dadivoso, generoso, liberal.