Quisiera ser clavel sobre tu pecho
nacido en tu calor y su firmeza;
mitad ardor, mitad delicadeza,
brotando de tu anhelo insatisfecho.
Quiero brotar de ti, de tu grandeza,
sintiéndome en tu paz así abrazado,
floreciendo de nuevo en tu costado,
amándonos sin miedo, con rudeza.
En terreno feraz y no estrenado
pasando a realidad la fantasía
viviré la ilusión de hacerte mía
sin camino que pueda ser vetado.
Con fuego de pasión y ardor sellado,
con cariño y afecto; con ternura
haremos de la entrega sin mesura
holocausto de cuerpos bendecidos
en el ara del lecho consumidos.
Nadie dirá de amor que fue locura.
Madrigal