Nací donde la arena se extiende por la hondura
y agita su garganta de sequedad feroz.
Oculto, pecho adentro, la savia que me apura
cuando la luz calcina con voluntad de hoz.
Me trepo a las estrellas cuando la noche oscura
intenta derrumbarme con su silencio atroz.
No cuento las astillas ni cedo a la amargura
porque el desierto es eco profundo de mi voz.
Allí donde no existe la gota de rocío
que bese las espinas crecidas en mi ser,
allí donde reniega la vida del estío,
muy cerca del infierno... yo tuve que nacer,
pero verás que oculto, discreto dentro mío,
un sueño que palpita...y espera florecer.