EN LAS ESQUINAS DEL TIEMPO
Publicado: Dom May 17, 2009 03:09
En las esquinas del tiempo
Una mujer pasó con su hijo en brazos,
una mujer pasó cargando el mundo:
dobló por una esquina de alamedas
la presente figura del futuro.
En la apariencia frágil de aquel niño
dormía el gran guerrero del augurio;
la mujer lo llevaba hacia algún lado,
los pasos resignábanse a su rumbo…
Los seguí sin saber por qué lo hacía
y en pleno día se hizo todo oscuro,
y en plena noche se hizo todo claro,
y un segundo valía mil segundos…
El niño pesó más, creció de pronto,
la mujer caminaba ya a los tumbos
hasta que, sucumbiendo en tal porfía,
cayó una anciana con su hijito adulto.
El niño-hombre despierta de su sueño
y al fin toma conciencia de lo absurdo:
muchos años habían transcurrido,
su madre agonizaba sin asunto…
Y cavó un pozo en medio de la calle
para arrojar su encono a lo profundo;
y así fue el gran guerrero del presente
que suele combatir a los disgustos…
Volvió por una esquina de alamedas
ya anciano, caminando sin apuro;
traía arena en sus pies, y en sus brazos
los huesos de su madre y de su mundo.
L.G.C.
Una mujer pasó con su hijo en brazos,
una mujer pasó cargando el mundo:
dobló por una esquina de alamedas
la presente figura del futuro.
En la apariencia frágil de aquel niño
dormía el gran guerrero del augurio;
la mujer lo llevaba hacia algún lado,
los pasos resignábanse a su rumbo…
Los seguí sin saber por qué lo hacía
y en pleno día se hizo todo oscuro,
y en plena noche se hizo todo claro,
y un segundo valía mil segundos…
El niño pesó más, creció de pronto,
la mujer caminaba ya a los tumbos
hasta que, sucumbiendo en tal porfía,
cayó una anciana con su hijito adulto.
El niño-hombre despierta de su sueño
y al fin toma conciencia de lo absurdo:
muchos años habían transcurrido,
su madre agonizaba sin asunto…
Y cavó un pozo en medio de la calle
para arrojar su encono a lo profundo;
y así fue el gran guerrero del presente
que suele combatir a los disgustos…
Volvió por una esquina de alamedas
ya anciano, caminando sin apuro;
traía arena en sus pies, y en sus brazos
los huesos de su madre y de su mundo.
L.G.C.