
Soneto de agradecimiento a Dios
(Por mi exitosa operación)
La vida puse, mi Dios en tu mano
con ansias de acabar mi sufrimiento,
pusiste tu mirada con buen tiento,
guiando con gran acierto al cirujano.
Dulce presencia veló mi almohada,
si fue de amor filial, o fue el paterno,
o tal vez, que fuera el amor eterno,
quien despertó mi vida, a la alborada.
Gracias Dios, por tu infinita clemencia,
en mi obraste tu divino milagro,
gracias doy, por Tu divina presencia.
Hoy a tu fe, mi vida yo consagro
y doy testimonio de tu clemencia,
contrito ya, de ser un vil onagro.
©Roberto Santamaría