buscando los secretos de éste lienzo
vivió en San Evaristo su comienzo;
amó al mar, su final lo vio en la espuma.
Lo amaba con delirio, amor que en suma
se expresaba tan frío y con atrenzo
que ésta vez otro mártir, San Lorenzo,
envió a una gaviota con tu pluma.
Cayó la pluma que calló la gota.
Se entiende ya el susurrar,
comprendo el eco vacío
que en tu voz brota...
calló la pluma,
cayó la gota.
--- pajarraco_bizco ---